A
todos los que, día a día, durante años
se forjaron como docentes y que, ahora, pretenden evaluar en
un par de horas de examen. A todos aquellos que expulsarán
del sistema por no cumplir con las expectativas subjetivas de
un tribunal formado por compañeros de trabajo, con la
misma capacitación profesional que los interinos que
evalúan.
A
todos aquellos cuyo trabajo es el sustento de su familia y pronto
dejará de serlo. A todos aquellos que estudiaron tanto
hasta que ya no estudiaron más. A todos los que este
año seamos expulsados de nuestro trabajo, deciros que
seguiremos luchando, si es necesario, desde el destierro del
paro hasta que la muerte nos retire de la lucha.