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Cartas y artículos de Educación

«Carta
a la Administración extremaña»


2002
José Manuel.

Con
motivo de las presuntas irregularidades en el último Concurso-Oposición
de Primaria (vulneración de la fase de concurso) y dada la creciente
precariedad laboral de los interinos, tanto en Primaria como
Secundaria pasando por Conservatorios, Profesores Técnicos y
Escuelas de Idiomas (precariedad que en ningún caso ha solucionado
la nueva normativa sobre baremación de las listas de espera)
me gustaría como interino hacer llegar a quien corresponda de
la Junta de Extremadura algunas reflexiones.
Con frecuencia, y sobre todo si no nos afectan, somos dados
a trivializar ciertos temas y problemas. Pero convendría
tener muy presente de principio que los interinos docentes,
en su mayoría, se deben a unos hijos y a una familia,
con lo que todo eso conlleva. También es evidente que
una situación de trabajo profesionalmente realizado y
de estudio, de forma prolongada, no favorece en ningún
modo el equilibrio familiar ni laboral. Con todo, el interino
docente no es responsable de la situación generada pero
sí la sufren él y su entorno, pues a pesar de
haber aprobado varias veces la oposición el escaso número
de plazas convocadas le dejaba fuera en la fase de Concurso,
consiguiendo la interinidad, a pesar de la existencia de plazas
permanentes y partidas presupuestarias para sostenerlas.

Esta
inestabilidad laboral desencadena ansiedades y crispaciones
no deseables, pues todo ello menoscaba, y de qué forma,
el buen ambiente educativo de los centros y la calidad de la
propia enseñanza. Y mientras en otros sectores (Sanidad)
se esta solucionando el problema con medidas efectivas (aprobado
Consejo de Ministros 12/10/2001, Congreso de los Diputados 31/10/2001,
convocatoria extraordinaria de 37.500 plazas para consolidación
de empleo interino y estatutario y próxima convocatoria
autonómica de otras 37.500) en Educación parece
ser imposible.

Ante
este escenario ¿qué puede hacer la Administración?.
Se está hablando mucho últimamente y por todas
las partes implicadas (parece que hay consenso) de derogar el
R.D. 850/93 que regula el Acceso a la Función Pública
Docente. Parece que éste es un punto común de
partida y si esto es así, pero ya sabemos cómo
van las cosas de palacio, lo conveniente y justo sería
esperar a su derogación para convocar el Concurso-Oposición
o hacerlo con una oferta muy reducida (plazas de nueva creación
y jubilaciones) para no perjudicar a ningún trabajador.
Es más, sería pertinente abrir un debate serio
entre todos los estamentos implicados para la modificación
del citado R. D..

Sin
embargo, la Consejería de Educación de la Junta
de Extremadura, prefiere ir por otros derroteros: no pide la
derogación del R.D. 850/93, modifica unilateralmente
el orden y número de ejercicios de oposición (aprobado
18 diciembre 2001) y pretende convocar una oferta masiva de
plazas, mediante la cual acabaría con la rotación
indiscriminada y con gran número de funcionarios interinos
docentes en el paro. El sistema favorece sin duda a aquellos
que disponen de todo el tiempo para preparar la Oposición
y que no tienen que atender a su trabajo y a su familia a la
vez, impidiendo a los interinos hacer valer sus servicios prestados
a la administración. ¿Qué ocurre con la
baremación de la experiencia, dónde está
el 48% real de la misma (sentencia del Tribunal Constitucional
Nº 67/1989, de 18 de abril)?, ¿qué ocurre
con la selección subjetiva que se hace desde el primer
ejercicio?, debemos llamar a las cosas por su nombre, un deseo
loable de la Administración es acabar con los interinos,
pero entre «acabar» con los interinos docentes y solucionar
el problema laboral y personal de estos hay mucho camino, no
siendo nunca la solución el sustituir a un trabajador
por otro.

La
resolución del problema pasa por establecer un Plan de
Estabilidad para todo el Funcionario Interino Docente, mediante
un nuevo Sistema de acceso a la Función Pública
Docente, sea conforme a lo sugerido por las fuerzas sindicales
u otro más coherente con los principios del Sistema Educativo
vigente, con criterios capaces de valorar la práctica
docente y que contemple el nuevo perfil del profesor no sólo
como mero transmisor de conocimientos, pero que principalmente
sea a partir de ahora establecido cómo sistema ordinario,
no planteando en el futuro desigualdades y discriminaciones
cómo las vigentes.

Dicho
Plan de Estabilidad debe deslindar neta y claramente oposición
e interinidad, siendo la lista de interinos bolsa de trabajo
e iniciándose un proceso extraordinario de conversión
del empleo interino en fijo, ya que las tareas desempeñadas
por los profesores interinos son de carácter permanente,
y no coyuntural, estas medidas mejorarían la calidad
de la enseñanza y solucionaría el problema de
los Interinos, «Cuestión Social» prioritaria
que debe ser resuelta por la importancia que tiene familiar
y socialmente en nuestro sistema educativo, recordando que la
demora en la aplicación de soluciones es dramática
para muchos trabajadores de la enseñanza y sus familias.

Estos,
esperando que la Junta de Extremadura defienda la estabilidad
laboral para los Interinos Docentes tal y cómo hace en
otros ámbitos, llegan a la conclusión, evidente,
de que la normativa actual no resuelve el problema de inestabilidad
de los profesores interinos y, parafraseando a Ortega y Gasset,
«dado que la capacidad laboral es el único capital
del que dispone el trabajador, es lógico que el instrumento
de presión al que recurran los movilizados sea la huelga».