¿Qué
hace el señor Ibarra para compensar la pérdida
de poder adquisitivo de los funcionarios extremeños?
En los últimos 12 años han perdido el 15%. Soy
esposa de un maestro; dicen que la profesión más
bonita del mundo, y es cierto, pero también es cierto
que muy mal reconocida, sobre todo en Extremadura, donde la
pérdida de poder adquisitivo de los docentes se suma
a las nóminas más bajas de España. Porque
hay que decirlo en voz muy alta: ¿Los docentes extremeños
son los peor pagados del Estado! Mucho les tenían que
subir el sueldo para subsanar esta situación. En mi casa
se respira escuela por todas partes y he aprendido a amar la
profesión de mi marido, ahora sé que es un privilegio
ser docente, dado que son los que mantienen la sociedad democrática,
los que proporcionan a los niños y jóvenes los
instrumentos necesarios para dotar de repuesto humano a todos
los sectores profesionales. Pero también sé que,
en muchas ocasiones, se intenta desprestigiar su trabajo y la
administración nada hace para impedirlo. Si la Administración
Educativa quisiera realmente, mostraría a la sociedad
la importancia de la labor docente; hay países centroeuropeos
donde el prestigio del magisterio se convierte por sí
mismo en recurso para el éxito de su labor. Los docentes
debería tener un sueldo en consonancia con la importancia
de su trabajo; si se hiciera una encuesta entre psicólogos,
pedagogos, políticos, sociólogos… sobre qué
es lo más importante para un niño entre los 0
y los 16/18 años, sin duda la educación estaría
muy arriba, y esa educación la imparten maestros de primaria
y profesores de secundaria; los mal pagados. Me cuenta mi marido
que parece que en Extremadura van a subir el sueldo a los docentes,
pero, sin embargo, el sentir de nuestro entorno cercano, lleno
de maestros, es que la subida será una limosna que nos
lanzarán con cierto desprecio.