Logo PIDE
Somos E.Pública
Sindicato del Profesorado Extremeño
Apartado de Correos nº1 - 06800 Mérida
correo correo@sindicatopide.org
Acceso a afiliados
CC: 927 24 93 62
PL: 927 41 22 39
CO: 927 11 01 00
NA: 927 10 41 04
Ciguena negra
BA: 924 24 59 66
ME: 924 31 01 63
DB: 924 81 13 06
ZA: 924 11 68 96
Transparencia e Igualdad



Aviso Legal
Buscador en la Web PIDE

Cartas y artículos de Educación

Blog
PIDE

«Los
deberes, los puntos sobre las íes»

15/07/2017 Alfredo Aranda Platero
Vicepresidente del Sindicato PIDE

El
despropósito adquirió dimensiones preocupantes.
Al principio parecía un disparate puntual, sin más;
pero luego no tardó en llegar la alarma cuando determinados
dirigentes y activista de algunas organizaciones (pocas, en
realidad; pero pertinaces en su cruzada), empezaron a enturbiar
el ambiente con reflexiones malintencionadas en contra de los
deberes escolares, demonizándolos y culpabilizándolos
de todos los males. Sin embargo, el gatuperio con el que querían
embarrarlo todo y dividir a la sociedad ha demostrado ser una
estrategia torpe: los argumentos engañosos, en ocasiones,
se vuelven contra quienes los utilizan.

Pensar
que los males del sistema se espantarían, por arte de
magia, eliminando los deberes, es una concepción simplista
de la realidad educativa extremeña y demuestra, además,
un gran desconocimiento de los verdaderos problemas que afectan
a nuestro sistema educativo: falta de inversión, alta
tasa de abandono escolar y de repetición, conductas disruptivas
en el aula…

Sin
embargo, algunos grupos de presión, consiguieron liar
a la Asamblea de Extremadura para que, finalmente, se hiciera
una «encuesta-referéndum» sobre los deberes;
con la intención de que el resultado de la misma validara
su posicionamiento minoritario en contra de los deberes escolares;
y así, con el respaldo del desenlace del sondeo, poder
completar con éxito su enconada lucha encaminada a proscribir
los deberes.

Sin
embargo, los alumnos y los padres, junto con los docentes, han
puesto los puntos sobre las íes, han dado una lección
a aquellas organizaciones, y a algún que otro francotirador,
que querían abolir, a toda costa, los deberes escolares.
Y es que el resultado de las encuestas que realizaron alumnos,
padres y profesores, a instancias del Consejo Escolar de Extremadura,
es claro: un porcentaje alto los dejaría como están,
otro porcentaje nada desdeñable los racionalizaría
un poco y solo un porcentaje bajo los quitaría; por tanto,
nada nuevo bajo el sol.

Ya
dije en múltiples ocasiones, en artículos de prensa
y en otros foros, que no hacía falta gastar tiempo y
dinero para llegar a una conclusión que era obvia. Los
deberes son necesarios y deben ser racionalizados y de calidad,
que valgan para construir y asentar conocimientos; y, así,
el alumno podrá conciliar la vida escolar y lúdica
con naturalidad. Pero los ‘erre que erre’ no se
daban por vencidos y querían abolir los deberes, defenestrarlos,
guillotinarlos, quemarlos en la plaza pública cual bruja
malvada que aterroriza a los niños y les quita la infancia.

Siempre
me sorprendió que las asociaciones de padres quisieran
suprimir los deberes; pero no eran las asociaciones, ahora ya
lo sabemos, era una cruzada personal del presidente de la FREAPA-CP
que, a las pruebas me remito, tiene poca sintonía con
las asociaciones, y con los padres, que dice representar.

En
resumidas cuentas: que todo seguirá como hasta ahora;
simplemente que desde el comité de expertos, que ha hecho
el trabajo previo, y desde el Consejo Escolar de Extremadura,
que rematará las conclusiones, se darán una serie
de recomendaciones, sobre los deberes, a los docentes que estos
valorarán en su justa medida. Pero queda claro que los
docentes pueden hacer lo que consideren dentro del ámbito
de su competencia y con el aval de su libertad de cátedra.

Cada
grupo de alumnos es diferente, cada alumno dentro del grupo
es distinto, cada materia tiene unas necesidades específicas,
cada tema de trabajo supone esfuerzos diferentes para asumir
sus contenidos… No se puede encorsetar la labor de los
docentes, inmiscuirse en sus planteamientos y programaciones.

Han
pretendido monitorizar la actividad de los profesores, decidir
cómo tienen que impartir su docencia, menospreciar su
implicación y su profesionalidad… pero lo que se
ha demostrado es que los docentes, la inmensa mayoría,
saben bien qué tienen que hacer en sus clases, cómo
tienen que proceder para sacar del alumno el máximo rendimiento.
Lo que falta, en realidad, es una mayor implicación de
las autoridades educativas dotando de personal y recursos a
los centros para que puedan enfrentarse, con garantías,
a las dificultades diarias; y una mayor implicación,
por añadidura, de toda la comunidad educativa en la educación
de los alumnos y, de esta manera, conseguir entre todos las
mejoras que el sistema educativo pide a gritos.