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«Educación
salvadora»


«La Educación es el “arma” más
potente con la que contamos para dignificarnos, para ser libres,
para alejarnos de la violencia…. El individuo que estudia
y se prodiga en un ambiente de socialización inclusiva
que tenga como objetivo primero alcanzar altos niveles de empatía,
se convertirá en un adulto que difícilmente empuñará
un arma contra otro ser humano, que no pateará la cabeza
de nadie en una reyerta callejera ni abandonará a ningún
anciano en una gasolinera»


08/02/2013 Alfredo Aranda Platero


Cuando observas el mundo con distancia, adviertes la gran mentira;
el infinito embuste. Todas las religiones son la verdadera, todos
los países son El País, todas las culturas son las
mejores, todos nuestros hijos son excelentes…, hasta mi
pueblo es el mejor y mi casa y mis amigos y, si me apuras, hasta
los testículos que “adornan” mi entrepierna.
¡Cuánta falacia gastamos! ¡Cuánta mentira
nos alimenta! El humano es íntimamente consciente de la
imbecilidad de sí mismo y de la ruindad a la que puede
llegar, por eso la educación es la respuesta; la medicina
que puede curar la estupidez del hombre (o de la mujer, para no
ofender a los que estúpidamente nunca entenderán
aquello de la economía del lenguaje). Proteger la educación,
es proteger al mismísimo género humano. La Educación
es el “arma” más potente con la que contamos
para dignificarnos, para ser libres, para alejarnos de la violencia….
El individuo que estudia y se prodiga en un ambiente de socialización
inclusiva que tenga como objetivo primero alcanzar altos niveles
de empatía, se convertirá en un adulto que difícilmente
empuñará un arma contra otro ser humano, que no
pateará la cabeza de nadie en una reyerta callejera ni
abandonará a ningún anciano en una gasolinera. La
educación nos salva de nosotros mismos. A partir de ahí,
el futuro sería nuestro. Los Gobiernos deberían
centrar sus esfuerzos en construir una educación pública
potente y salvadora, y aquellos que incumplieran la norma sagrada
de protegerla deberían ser destituidos de inmediato, y
lanzados al ostracismo, al olvido de su existencia, como castigo
por haber faltado a la norma sagrada de proteger el bien más
importante sobre el que se asienta los pilares de la sociedad:
la educación.

La educación integra, capacita, forma y transforma. El
mundo oscila entre dos extremos: por una parte, las sociedades
medievales que aún persisten; por otra, las sociedades
de democracias democráticas (cosa poco frecuente) como
–por ejemplo– Finladia, paradigma de buena educación
mundial. Mientras en unas cierran escuelas, en otras sientan en
el banquillo a políticos y banqueros corruptos. Entre ambas
existe una categoría de sociedades en las que la democracia
se circunscribe, únicamente, a la libre elección
del partido político a través de las urnas. Ocurre
que después, una vez instalados en el poder, los gobiernos
consideran habitualmente que tienen patente de corso para hacer
lo que les venga en gana: incumplir promesas electorales, proteger
a estafadores, meter bajo las alfombras de palacio la corrupción
interna del partido, acribillar al ciudadano a impuestos injustos…

Según la UNESCO España es el primer país
Europeo en abandono escolar, y según el CIS el Sr. Wert
es el político español peor valorado de la historia.
¿Qué más necesita el Sr. Rajoy (que también
suspende) para cesarle, para lanzarle al olvido? ¿Cómo
puede mantener al frente de la cartera de educación a alguien
tan incapaz y dañino que pretende convertir la educación
pública en un gueto: reducción de presupuesto, despido
de profesores interinos, supresión de profesores fijos,
degradación creciente de la convivencia dentro de las aulas,
desmantelamiento de la educación pública para beneficiar
a los colegios privado-concertados…? El Sr. Wert es un tipo
pagado de sí mismo en permanente estado onírico
que no se entera de nada: LA EDUCACIÓN ES LA SOLUCIÓN
a los males de España. Unos países tienen petróleo;
otros, fértiles yacimientos de oro, pero España
tiene principalmente recursos humanos y ahí se deben centrar
los esfuerzos. La educación lleva a la cualificación
y ésta a ir aumentando el tejido empresarial hasta convertirnos,
diríamos, en Alemania, que tampoco tiene recursos naturales
destacables, ni los necesita. Sin embargo, la respuesta que ofrece
al ejecutivo actual para enfrentar la crisis pasa por recortar
en sanidad, en educación, en I+D… es decir, en todo
aquello que tiene que ver con el bienestar social y con la promoción
intelectual. De esta formidable majadería del Sr. Rajoy
sólo sacaremos más recesión, más paro,
más empobrecimiento… Las medidas propuestas para
la crisis son como los torniquetes a las heridas abiertas, si
éstos permanecen mucho tiempo se engangrena la extremidad
y se pudre.

Es prioritario despolitizar la educación y aprender de
otros sistemas educativos solventes. Volvemos una vez más
a Finlandia. Allí el sistema escolar convive necesariamente
con el sistema familiar y sociocultural, un todo que da solidez
al sistema. El estado finlandés asegura la igualdad de
oportunidades con las ayudas necesarias para evitar desigualdades,
la protección a la maternidad no tiene fisuras y la conciliación
de la vida familiar y laboral vertebra la sociedad entera. Los
padres son los que educan a sus hijos y la escuela se erige en
complemento necesario pero no en sustituto de los padres. La amplísima
red de bibliotecas es la punta del iceberg de la estructura cultural
del país, donde la potenciación de la lectura y
de los idiomas ha posibilitado un índice muy elevado de
lectura en la población. Los cursos iniciales se organizan
según el ritmo de aprendizaje de cada alumno sin la presión
añadida de los exámenes y no existe, como en España,
una inspección educativa. Los servicios sociales, llegado
el caso, actúan de inmediato dado que el estado demanda
de los padres que actúen como tales y no se inhiban de
su responsabilidad. Aquí ponemos un etcétera no
sin antes decir que la educación en Finlandia desde la
etapa infantil hasta la universidad es pública y gratuita.
Envidia sana.

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